En este blog, https://mori-bundia.blogspot.com/2020/, ahora tristemente casi abandonado, y con fecha 24 de febrero de 2020, aparecía un texto titulado: “Del desgarramiento hegeliano al compromiso moral con el oficio poético”, en el que daba cuenta de mis impresiones sobre LA VOZ ESTREMECIDA (Eolas, 2019), el primer libro de poemas de la Trilogía del Estremecimiento de Pablo Malmierca.
Ahí y con el recuerdo a sus anteriores trabajos indicaba: “aquello que en su primer libro dD estaba al lado del “desgarramiento hegeliano”, es decir, “del encuentro de sí mismo con la verdad que pretende buscar” y que le llegaba desde las múltiples presencias de lo psicológico, o aún más, de todo aquello que rondaba los mundos de la psiquiatría; […] a la postre y afortunadamente se iría decantando [en sus siguientes poemas] hacia el lado de lo moral”. Pues bien, en la acertada segunda entrega de esta Trilogía, Pablo Malmierca recoge la idea, que ya apareciera en su segundo libro NO COMAS MI CORAZÓN (PiEdiciones, 2017), de fundir la Poética con la Ética; hecho que le lleva a continuar buscando desde lo moral la voz necesaria y el lugar propio del poeta en esa “voz estremecida” donde la poesía de este autor aparecerá de nuevo como una mediación, como una metaxú, un “entre”, un “intermedio” del yo poético (la voz) y lo Otro poetizado, que busca su lugar a través ahora de EL TACTO ESTREMECIDO (Eolas, 2021).
Pero este “tacto
estremecido” no va a consistir únicamente en la búsqueda de una mediación,
sino, más bien una Salvación mediada a través del tacto y por el tacto que a
veces recuerda a esa muerte salvadora que aparece en alguno de los últimos
poemas de Casi una leyenda de Claudio
Rodríguez. Ya en el Prólogo del libro, el poeta Rafael Saravia se va a referir
a la urgencia de “Tocar para dejar de no-ser” y al hecho de que el poeta va a
“realizar una punción magistral en el retorno de lo primitivo que nos hace
humanos”. Esta forma de proceder generará una Metodología Poética bastante novedosa
mediante la cual Pablo Malmierca va a utilizar una especie de práctica al estilo
antiguo del llamado LINGCHI oriental; esto es, el “despiezado y mutilado de un
cuerpo, por ejemplo el humano de la amada” para hacerse con él desde los versos,
torturarlo y hasta causarle la muerte, pero, eso sí, una muerte salvadora desde
la propia palabra poética y el ofrecimiento amoroso del autor.
No deja de ser curioso
que este libro no esté dedicado a nadie en particular, lo que parece afirmar y
reiterar la dedicatoria que hiciera al principio de la Trilogía y desde aquella
“voz estremecida” al escribir: “A Cris, de ti nació la palabra que me nombra”,
y así consolidar la hechura de la propia Trilogía.
Desde estos
presupuestos quiero analizar un proceso poético en el que aparecen los versos
como sucesivos cortes en cada uno de los órganos del cuerpo (o libro), a través
de diferentes puñales, navajas o cuchillos poéticos; puñales del tacto que
estremece, que van cortando y haciéndose a la piel a través del tacto presente
en cada verso; por ejemplo, en el poema titulado “Nostalgia” donde leemos:
“Herí / cada una de las partes de tu cuerpo, /tus cicatrices / son el recuerdo
de días pasados”.
Otra de las claves
fundamentales de este libro de poemas, siempre abierto, es la presencia
continua del número tres, algo que no resulta novedoso si pensamos en los planteamientos
hegelianos de esta propuesta poética y la vigencia de sus tres momentos en una
cosmovisión dialéctica siempre sugerente, donde la Lógica, la Naturaleza y el
Espíritu se entremezclan y buscan e indagan entre lo poético de forma cada vez
más interesante. En este sentido además de la continua presencia de las
tríadas, aparecen diferentes Trípticos
entre otros muchos trípticos o tríadas continuas, a saber:
-Respecto de la
Estructura:
1. El libro de poemas visto como cuerpo.
2. Los diferentes poemas vistos como diversos órganos.
3. Los versos vistos como cortes en la piel desde el tacto
-Respecto del
Desarrollo: Una nueva tríada que se desarrolla con la continua presencia del
número 3:
1. Tres partes del libro: Opiáceo/ El Otro / Salvación
(por el tacto)
2. Tres lugares / acciones
3. Tres citas o epígrafes de entrada: “Un cuerpo encima
de otro / ¿siente resurrección o muerte?” (Claudio Rodríguez) / “La creación es
el tocar o el toque del ser en el mundo” (Jean Luc Nancy) / “Sabéis lo que es
la sensibilidad suspendida […] ese lugar aterrante.” (Antonin Artaud)
-Presencia continua de
número 3 para conformar desde los versos la búsqueda de una SALIDA ya desde el inicio
del libro: “Nada siento / Nada sé / Nada soy”; o más adelante en el poema “Inquina”:
“Si nada fuese verdad, / si los abrojos no cortaran tu carne, / si la inquina
no oxidase tus días.”. Esta vigencia de lo numeral en forma de tríada se repetirá
en muchas ocasiones en los diferentes poemas hasta el poema final en el que la
salvación a través del tacto se reitera desde la enumeración trimembre de la
acción: “Busqué el abrazo de tus ramas/ encontré la pureza de tu savia, /
escucho fecundo y renovado”
-Conviene destacar
también la importancia del ENTRE poético y dialéctico que ya apareciese en
libros anteriores como “Lugar de nadie”, y “del OTRO”, donde se refleja la
parte más moral del libro.
- Respecto del Lenguaje
que se utiliza, conviene destacar que cada vez son más escasos los adjetivos,
cuestión que aviva lo conceptual y la acción poética; es decir, aparece una
mayor presencia de los sustantivos y los verbos a través de un vocabulario
plagado de referencias naturales y científicas centradas en lo botánico, lo
mineralógico y lo geológico. Resulta muy característico también en la poesía de
Pablo Malmierca la continua confrontación de los posesivos mis/tus.
- Por último me
atrevería a asegurar que podría haber dos libros en uno, guardando coherencia poética
y ternaria entre ellos para dar un Tercero compendiador llamado EL TACTO
ESTREMECIDO:
1.
Formado por los poemas largos /
Exteriores (cortes)
2.
Formado por poemas cortos y más
reflexivos / Interiores (cortes)
3.
El tacto estremecido, LINGCHI poético,
formado por la unión de todo.
Para terminar estas
pequeñas reflexiones quiero recordar que en el comentario que mencionaba al
principio sobre su libro anterior, escribíamos: “Termina La voz estremecida con una contundencia definitoria y abierta a partir
de los Números y las Cenizas en busca de nuevos Estremecimientos, o lo que es lo mismo
si jugamos con el lenguaje, “Extremecimientos” o mecimientos extremos desde la
palabra poética necesaria”. Y esto mismo sucede con EL TACTO ESTREMECIDO desde
donde quedamos a la espera de la tercera y última parte de esta Trilogía
Estremecida en la que nos meceremos al ritmo álgido de los nuevos y sugerentes
versos de Pablo Malmierca.
LUIS
RAMOS DE LA TORRE
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