Escuchantilandia 10/VI Cadena SER, Zamora, 26-XI-10
Buenos días amigas y amigos Escuchantilandianos, ya saben aquí estamos otra vez, fieles a la radio y, por supuesto, a todos ustedes.
La verdad es que nos gusta noviembre con estas nieblas y esos días de recogimiento y frío tan típicos de la Moribundia de invierno, y nos gusta también, ¿cómo no?, la cercanía y el calorcico que esto supone en las casas y en los lugares de amistad.
¡Así, así!, entre buena gente, ¡qué bueno, qué chachi!, el acercamiento y el buen rollito. Que no me extrañaría a mí, que ahora que nos está dando por celebrar el Día de esto y el Día de lo otro, la Jornada de Tal o la Jornada de Cual, se termine institucionalizando también el Día del Buen Rollito, por supuesto, si el Tal Buen Rollito deja toda la pasta posible a los que se decidan a prepararlo.
Y si no pregúntenle a los organizadores del Primer Borracherón de Diciembre, sí, sí, los de la mal llamada Nochevieja Universitaria que se les ha marchado de nuevo para Salamanca y les ha preparado una gran faena dejándoles con los alcoholes al aire, pues la pasta que van soltando los chicos por ahí en los días del Mamódromo invernal, sea este u otro, no es moco de pavo. Así que, como le veían las orejas al lobo salmantino, los de lo etílico y las hostelerías moribunditas se han movido y, ¡hala, hala!, ya tenemos otra fiestuqui-fiestuqui, que lo suyo es celebrar y celebrar a ritmo del trago-trago.
Y miren, hablando de celebraciones y del Día de esto y de lo Otro, y reconociendo, -faltaría más- el pequeño esfuerzo que algunas administraciones hacen para luchar contra las malas cercanías y peores tratos que se derivan de la violencia de género, quiere uno aclarar que la celebración del Día contra este tipo de Violencia estaría mejor si algunos definitivamente se quitaran la careta, no se les viera tanto el plumero y se dejasen las cosas bien claras.
Un servidor, amigos Escuchantilandianos, como aquel viejo del sostiene Pereira, el gran libro de Antonio Tabucchi o como el Marcelo Mastroianni de la película, respecto de esto sostiene que:
1º. Es imposible atajar este problema social y familiar que cada día avanza con más fuerza, si los hombres, sobre todo los hombres y no sólo las mujeres, nos mentalizásemos de que ninguna persona es propietario de más vida y de más muerte que la suya. Vida a la que debe cuidar, mimar y preparar para vivir de la mejor manera la convivencia que nuestra sociedad precisa para hacerse de una vez mayor de edad, cosa que a la vista de lo que sucede en las casas, las televisiones y en nuestras calles, cada vez es menos probable.
2º. Es imposible atajar este problema si los programas escolares y sociales no dedican más tiempo a educar social y familiarmente a los ciudadanos de este país en asuntos como la convivencia y la ciudadanía. ¿Cómo se explica, amigos, que un tema como este, que tiene que ser interdisciplinar y transversal en todas las asignaturas que forman los niveles educativos, se haya visto postergado a revisarse solamente y de paso en las asignaturas Ética de 4º de ESO –Una triste hora a la semana- y Educación para la Ciudadanía en 2º de ESO –Una sola hora a la semana- o en un único curso de Primaria?
3º. Es imposible atajar este problema si los hombres a veces relegados en el mundo familiar y el del trabajo por el creciente avance de muchas mujeres igualmente preparadas, no queremos cuenta que son ellas las que normalmente trabajan en casa y fuera de casa, además de parir y atender a los hijos con el consiguiente problema de la adecuación de horarios, y la necesaria conciliación social y familiar.
4º. Es imposible atajar este problema celebrando solamente el Día D y la Hora H, o dando estadísticas del horror, mientras el machismo, incluido el de muchas mujeres, impera a sus anchas en la mayor Agencia de Formación del Ciudadano que existe en nuestra sociedad, la que más horas de “indocencia” e indecencia emite, y que no es otra que la que se imparte desde la vergonzante programación de las televisiones.
¡Ojito, ojito y cuidado!, que la estupidez que deriva de todo esto, ya va llegando a las universidades en forma de tesis doctorales sobre el llamado fenómeno de la “princesa del pueblo”. ¡Como si no tuviéramos otras cosas más importantes de las que ocuparnos y preocuparnos!
Estamos en las Jornadas sobre Claudio Rodríguez, y se está hablando de la Utopía, no se olviden que la utopía es el sueño de lo posible, y entre todos, sin engaños ni imposturas, podemos acabar con la violencia de género, la utopía de la convivencia ya se ha demostrado como posible.
En fin, en fin, amigos Escuchantilandianos, como siempre son Ecos de Moribundia, Cuídense y quiéranse. ¡Ánimo para todos!
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