así seguimos

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Siempre al lado de "los lobitos buenos"

lunes, 21 de marzo de 2011

Odioso Día Mundial de la Poesía

Todos estos montajes del Día D y la Hora H, no son más que reclamos claramente publicitarios para reforzar las ventas de lo que se quiere celebrar o conmemorar.

Cuando no es el amor con el tal Valentín, es el día del padre, el de la suegra o el del cuñao.

Me da a mi que como sigamos así, y si continuamos encumbrando cualquier cosa, ahora que la cocina de autor está de moda, con el fin de darnos autobombo y por poner sólo un ejemplo, a alguno de los "artistas" de los fogones,  le va a dar por celebrar el minuto de la gamba, el día de la cuchara, la fiesta de la espumadera o la onomástica del pelapatatas.

                                     ¡Qué manera gratuita de jugar al despiste!

        Digo yo que ¿qué cóños tendrá que ver la Poesía con la primavera, y las flores y los colorines?

                                              

                    ¿Es que acaso no se escriben y se leen poemas en invierno o en verano?

¿O el personal piensa que los poetas, languidecen, siente, se asustan, se enamoran, se ríen o se encabronan solamente en marzo/abril o en octubre/septiembre?

Basta que den tanto la vara con los días D y las horas H, en este caso de la Poesía, para que nosotros hoy nos salgamos por la tangente, que muchas veces es secante y cosecante, aunque también poética, y nos pongamos trigonométricos y pitagóricos:

                 ¡Viva la hipotenusa al cuadrado igual a la suma de los cuadrados de los catetos!

                                                     

                                           
                                             ¡Y vale ya de engañifas: Coño!

                                                 

  ¡NO nos olvidemos, y esto es contra lo que hay que luchar todo el año, que a los poetas normalmente sólo los leen los poetas!

                                       ¡Salud y risas y para qué las prisas!

2 comentarios:

  1. Yo leo poesía en el tren, me gusta mucho. Cuando era más joven no leía nada y ahora!
    Me gusta sobre todo que la poesía sea fría, que haya muñecos de nieve e invierno, trenes, no muchas flores, si acaso moribundas en el jarrón.

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  2. Sí, sí. Poesía a ritmo del traquetreo del tren, me parece una buena manera de poder leerla.
    Me recuerda, como no podía ser de otra manera, a los versos de Agustín García Calvo en su libro Del tren, escrito siguiendo la cadencia y el ritmo juguetón de las traviesas viarias.
    Respecto del frío y la poesía, creo que se trata de una buena mezcla contra los colorines que rodean a la impostura poética.

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