Con estos lios de la vuelta a la "normalidad" después de estos días procesionarios, en los que un servidor no precesiona nada, no he tenido tiempo de recordar, en este blog moribundino, algo que unos cuantos amigos del Douro-Duero celebramos todos los años .
El 25 de abril de 1974, Portugal pasó al primer plano de las noticias en toda Europa por llevar a cabo un sueño en forma de revolución pacífica a la que se adornó con la sencillez de los claveles, rojos por supuesto, las buenas intenciones y la eficacia de la sonrisa humilde y cercana del pueblo portugués, siempre hermano y siempre atento con aquellos que deciden ir a visitarles.
En la actualidad están pasando por malos momentos, a causa de los trileros disfrazados con ropa y perfumes de marca que pululan por los retretes de los eufemísticamente llamados mercados.
Anoche, a la vez que recordábamos esa joya en forma de canción Grandola vila morena, hemos vuelto a lanzar al Duero algunos claveles que ya descienden por el río para encontrarse con los sueños de mejora de un pueblo tan hospitalario y abierto como siempre fue el portugués.
No cabe ninguna duda, Jose Afonso: ¡25 de abril por siempre!
Cualquier espacio en el que la falta de compromiso lleve al derrumbe. Cualquier tiempo donde perduren las mentiras con las que nos anestesian. Cualquier silencio que no aspire a ser gozoso, sino dolorosamente entregado. Cualquier... Aún hay muchas cosas por hacer. Desde aquí estaremos en la radio, con la poesía y la música, o a partir de aquellos pensamientos que necesiten hacerse un hueco. Siéntete invitado y: ¡Vete tú poniendo el resto!
así seguimos
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