Bueno, pues resulta que en Moribundia no dejamos de estar, no sólo ahora,en la Semana Tanta, sino todo el año y ya sea santo o no, entre dolores, angustias y soledades:
¡Que estos Ecos de Moribundia, siempre alegres, te sirvan para alajarte lo más posible de los diferentes rodeos y encerronas que nos esperan!
¡Saludos y a disfrutar, amigos!
Lo trágico de un pueblo es estar esperando año a año, al borde de la acera,ver pasar la procesión y sin saberlo, ésta no haber salido. Por imperativos de... ¿Fuerza Oreja-Mayor?
ResponderEliminar¡Ay, Manuel, que nos tienen rodeaos! Pero como tú bien sabes, siempre hay un resquicio para esconderse. Janóbriga o Bámbiga pueden ser buenos lugares para poder despistarlos.
ResponderEliminarY algunos, lo mejor es ni nombrarlos, no siendo que no se te despeguen de las orejas.
¡A divertirse!