Amigos, con un día de retraso, pero aquí estamos:
Escuchantilandia 14/VI, Cadena SER, Zamora, 24-XII-10
Buenos días amigas y amigos Escuchantilandianos, pues no les puedo decir más que lo que ya saben, que hoy es Nochebuena, pandereta, zambomba, villancico, toelmundoesgüeno, muá-muá-muá, besos, cariñitos, viva la familia y todas esas cosas.
Hombre, ustedes como yo y como todos, sabemos que estos asuntos de los buenos deseos y encariñamientos nochebuenenses son usos sociales y culturales, y por eso en estos días cuando ves por la calle a gente más o menos conocida, la mayoría seguimos el ritual de desearnos felicidad y buenos días, y a pasarlo bien, y a divertirse, y a tener salud y etc, y etc y etc, y el resto del año, sin embargo, uyuyuyuy!, a veces se producen bastantes adioses callados.
Pero estos atavismos y usos no son más que formalidades gregarias, y como solemos ser bien educados, nos saludamos con deseos que muchas veces, solo son eso, cumplidos y buenas intenciones.
Hombre, un servidor en cosa de saludos, ¡verdad! no es como la alcaldesa tipití-tipitesa que busca con desmayo, para mayo, una corona tipití-tipitona, y por eso no me ha dado por escribir cartas farragosas a los domicilios de los ciudadanos de esta Moribundia deslucida para desearles que el buen año que viene se acuerden de mi y me voten como al más guay de mi profesión, pero sí que me gustaría desear de corazón y a quien lo merece, que las cosas le vayan bien, ¡faltaría más!.
Sin embargo, miren, hay gente a la que, rompiendo los atavismos y en estos días de consumo exagerado y poco inteligente, no les voy a desear para nada ni felicidad, ni buenos días, ni salud, ni bienes, ni zarandajas parecidas.
¡Que se chinchen!
Por supuesto que ningún mal quiero que les llegue, pues lo malo siempre anda suelto, y aparece por sí solo y más listo que el diablo cuando menos se le espera.
Así, que dicho lo dicho, paso a hacer una nómina de aquellos a los que bajo mi punto de vista y como suele decirse, en estos días felices y durante el resto del año, les pueden “dar dos duros”, o les pueden “dar morcilla”, o sencillamente y como dicen en los Simpson, se pueden multiplicar por cero.
¡Ey, porfa!, que no piense nadie que me estoy refiriendo a las mandantas y mandantes de Moribundia, que no, que no, que no es esa mi intención, que por mi parte les deseo que todo lo suyo vaya de maravilla, y desde aquí les mando buenos augurios para que al menos lo de todos lo estropeen lo menos posible.
Miren, a quienes quiero meter en el saco de los no deseados, es a los corruptos que utilizan el dinero público para mangonearlo a sus anchas quebrando los valores morales y haciendo que se les vea, en muchos casos, como un modelo ético a seguir por nuestros jóvenes.
Así que, ¡Ojo y cuidado con los corruptos, pues suelen estar escondidos por todos los lados! Y hombre, si se diera el caso de que algún mandante o mandanta formara parte de este grupo de indeseables, entonces sí, que se aplique el mismo cuento y que le zurzan.
Estarían también dentro de esta nómina aquellos banqueros y economistas que han propiciado que la crisis haya llegado al lugar donde se encuentra, haciendo que el paro sea tan enorme, los sueldos escasos y las pensiones hayan perdido el poder adquisitivo que tenían.
Y también quisiera añadir al bloque de desahuciados de mis buenos deseos, a los dos anteriores presidentes de gobierno, uno de cada lado del bifrontismo político que mangonea en este país, por una parte a aquel del “váyase señor González”, el cargante bigote de las Azores, por tratarse de un paisano impresentable que en el extranjero y aquí se dedica a dar la barrila en conferencias carísimas donde pone a parir a este país nuestro tan cañí; y por otra parte al otro, al tal González el de la OTAN , que no se conforma ni con los libros, las joyas, o la pensión de ex mandatario, y se deja abrazar ahora por la pasta gansa que le va a dejar el hecho de formar parte del Consejo de una multinacional del gas.
¡Qué coherentes!¡Vaya ejemplo que nos dejan! ¡Cuánto contenido moral dan a sus acciones estos monstruos del corta-pega, de los títeres de cachiporra y del miente mucho politiquero! Lo triste es que de éstos van aprendiendo otros nuevos y a la postre, donde dijeron blanco después ese negro.
Pero, no se preocupen amigos Escuchantilandianos, que hoy es Nochebuena y mañana Navidad, sean ustedes felices, que el tiempo ya nos dirá, quien es quien, y quien mentía. Y por supuesto, muá-muá-muá, besitos para las damas y achuchón a los demás.
En fin, en fin, ya saben, son Ecos de Moribundia. Cuídense y quiéranse que nosotros por nuestra parte, cómo no, lo seguiremos intentando.
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