Me parece inclusive que sería un epitafio estupendo para dejar ciertas cosas claras , después de que uno dejé este jodío pero hermoso paseo por la vida.
Un epitafio que dijera algo así como:
Si la vida se ha perdido:
¡qué se pierda!
Sí, señoras y señores,
¡ahí se quedan! Yo me voy:
¡A la mierda!
No estaría mal escribir alguna vez un poema o poder hacer una canción con un título tan rotundo: ¡A la mierda!, y poder utilizarlo por ahí, y con el debido respeto, como canción de despedida en algún bolo.
Seguramente, tras ese grito, me quedaría más a gusto que otras veces en las que la preocupación, la seriedad y el exceso de rigor no me han dejado dormir.
Hoy prefiero recordar los versos de esa interesante poeta joven Raquel Lanseros
quien en su libro Croniria y en el poema titulado In nomine libertatis escribe:
"Mi casa está vacía
de chivos expiatorios y culpables.
Acumulo tan sólo
el valor necesario para seguir viviendo
bajo la protección de la alegría.
No me he inclinado nunca por el ánimo fácil
de tomar y obligar. Incluso lo pequeño
se me ha antojado siempre un mecanismo frágil
con más de una respuesta"
No hay comentarios:
Publicar un comentario