Sé que ayer se ha presentado éste número de Zurgai en Bilbao y se han leído, por fin, el texto que hubiera sido estupendo incluir al comienzo de la Revista.
Como su autor me las ha enviado, Moribundia desea incluirlas en esta bitácora:
"Zurgai (Poesía de Castilla y León) diciembre 2010
Ni gavilla ni ramo es este diciembre de Zurgai que pueden ya tener entre sus manos. Ni se arrancó improvisadamente lo que teníamos más cerca, ni se buscó lo más florido del parterre para llenar las páginas. Cuando Seve Calleja, que confía demasiado en mí y no debiera, me pide proponer los nombres de los poetas, porque sabe que estoy cerca de ellos, pensé que dar, sin más, una alineación de corte deportivo era perder una oportunidad de intentar otra propuesta, no sé si más sabia, pero sí más adecuada a la poesía que inspira esta meseta.
Con el hilo subjetivo de mis lecturas quise atravesar sus versos para confirmar que juntos podían componer un Argos brillante, un gigante amable e inteligente, el de los cien ojos, siempre alguno despierto y atento a los latidos humanos, siempre escudriñando en lo no nombrado todavía, y siempre capaces de alumbrar otra forma de conocer desde el sustantivo y no desde el adjetivo, pues para mí la poesía es más matemática que literatura. Ellos, los aquí reunidos, creo que coinciden como dendritas en esta cualidad poética: conciencia de una intuición, voluntad para encontrar la precisa manera de expresarla y el deseo de ser traducido por un lector singular.
Así las cosas, ya sólo faltó decidir el tamaño. Convine con Pablo que fueran poetas vivos, con actividad creativa en los últimos años y, lo más importante, que no fueran los justificadamente renombrados puesto que ya lo eran siempre y no necesitaban de este espacio. Sabemos que hay enormes poetas que inevitablemente por la suma de novedades que propician acaban eclipsando a esos otros que son también imprescindibles, y si uno no tiene la afición de buscarlos y decide tenazmente estar al día, se van difuminando, no todos, es verdad, pero siempre muchos; por ello, y contra ello, es tan importante la iniciativa que hoy les ha traído aquí, para mí su principal sentido.
Como Zurgai se había acercado en otro momento a la poesía leonesa, algo se había dicho ya, así que decidimos dividir el número con un cuaderno central donde estuvieran los poetas imprescindibles que habían generado corrientes, grupos literarios, publicaciones de referencia… alrededor de los cuales pivotan tanto las voces compañeras como las voces incipientes, más jóvenes, de cada lugar y de cada momento, algunas de ellas, claro está, las que completan esta publicación. No es el momento de justificar cada entrada porque además basta echar un vistazo para entender que son todos los que están aunque no estén todos los que son. Lo que sí lamento, culpa de mi ignorancia, es una gran ausencia, la de Arcadio Pardo, cuya obra no conocía y que por motivo de esta colaboración con Zurgai ha llegado a mis manos ya tarde para su inclusión. Su lectura me ha dejado tan bienherido que desearía que Zurgai le regalase algunas páginas en otro momento.
Obediente a Seve y a Pablo, repase provincia por provincia, autor por autor y libro por libro. Leí lo que no conocía. Revisé mis notas. No sin ayuda, por supuesto, y la más sabia: la de Tomás Sánchez y Julián Alonso. Y tras la trilla, todo grano que cupo y que se ajustaba al peso, se lo entregué a Pablo para que hiciera con ello un pan de masa buena, este que tibio les entrega a ustedes para que puedan desmigarlo.
Como accidental embajador de todos estos ojos con los que podemos compartir lo inadvertido, felicitar a Zurgai y agradecerle su atrevimiento nada acostumbrado. Que lo que fuera obediencia por mi parte, amigo Seve, yo quisiera que fuese ofrecimiento. Que los traduzcan bien, a ustedes me refiero, pues esa es la labor que el poeta espera de cada lector. Mereció la pena. Abro en mi casa hoy, ahora, una botella de vino. Salud. Y buena jera. Fernando Martos"
Queden, pues, aclaradas las razones que hacen de esa Revista lo que es, y léanla y lean los versos de esos poetas y de otros que hacen de nuestra vida una sorpresa y una alegría renovadora.
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